La tarde, cerca del anaranjado aquél
Sentado, mirando afuera y adentro
Renunciando a mí, a mi propia fe
Eso que pasó alrededor a lo largo de
años,
Algunos rostros son vacíos que
quedaron,
Otros ya no existen.
La razón poco alcanza
En el devenir insólito
De un yo soy.
El juicio al ajeno es un fantasma
inventado
Para una justificación
De esa ilusión que somos y que
siempre seremos
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